martes, 10 de noviembre de 2015

ARQUITECTOS VS PATRIMONIO. EL CASO DE SANTA MARIA DAS AREAS

Como primera entrada de este blog he escogido una noticia de actualidad. Por norma general, todas (o por lo menos casi todas) las restauraciones suscitan controversias entre los habitantes de los núcleos de población a los que afectan. Por tanto hay que tener muchísimo cuidado de no ofender a los que en realidad son los responsables de la restauración y aquellos que van a hacer usufructo del bien en cuestión. Desafortunadamente se trata de una tónica general, siempre habrá alguien que no esté de acuerdo con los cambios ocasionados, aunque los mismos repercutan en positivo. Un caso excepcional, ¿quién no se acuerda del simpático Ecce Hommo de Borja?
Pues bien, en esta primera entrada traigo un caso de octubre en el que la polémica no se ha dejado esperar incluso antes de que acabaran las obras.

Se trata de la iglesia de Santa María das Areas, a las afueras de la población de Finisterre. Un templo entre finales del siglo XII y principios del XIII y el más occidental de la ruta jacobea. En esta ocasión la Xunta de Galicia ha invertido unos 300.000 euros en su restauración, responsabilidad que ha recaído sobre la empresa ourensana Construcciones Orega con un proyecto del arquitecto César Portela. Las obras en esencia estaban destinadas a soliviantar el profundo problema de las humedades, dedicándose también a la limpieza de muros, reposición y comprobación de cubiertas y piezas estructurales. Hasta aquí sin problemas. La polémica viene dada por la decisión de Portela de pintar arcos y bóvedas de color aguamarina. Él mismo se ha defendido ante la comunidad de vecinos alegando que el color “es representativo de Finisterre” y se trata de una medida para proteger la piedra frente al salitre. Sin embargo, debemos de preguntarnos si de verdad era estrictamente necesaria la pintura y hasta qué punto es solamente necesaria en bóvedas y arcos. Sin entrar a juzgar el trabajo del arquitecto dejo algunas fotos obtenidas del periódico La voz de Galicia para que lo hagan ustedes mismos. Pero, sinceramente, si mañana me levantara con la catedral de Jaca pintada de color aguamarina me daría un patatús.

Fotos de Ana García, La Voz de Galicia.


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